PAU VERGARA: El hallazgo en un yacimiento arqueológico de los restos óseos de unos niños desaparecidos veinticinco años atrás sorprende a Blanca Suances en Copenhague donde trabaja para una agencia literaria y la deja en shock. La primera reacción es ponerse los cascos y salir a correr.De fondo suena la canción de The Clash, “Should i stay or should i go?”. Decide ir. A partir de entonces, Blanca y el periodista Lois Lobo inician una compleja búsqueda para descubrir qué sucedió a través de los caminos engañosos de la memoria y de los tabúes de una sociedad hermética acostumbrada a que los trapos sucios se laven en casa. Ese es el inicio de Nada que perder.
La escritora Susana Fortes, muy conocida por nuestros lectores por ser columnista de Cartelera Turia durante varios años y autora de novelas imprescindibles como Querido Corto Maltés (Premio Nuevos Narradores 1994); Las cenizas de la Bounty (Espasa, 1998); Fronteras de arena (finalista del Premio Primavera 2001) y El amante albanés (finalista del Premio Planeta 2003), también ha publicado el cuaderno de cine Adiós, muñeca (Espasa, 2002) o El azar de Laura Ulloa (Planeta, 2006), galardonada con el Premio de la Crítica en la Comunidad Valenciana. Su primer gran éxito internacional lo consigue con la novela histórica Quattrocento (Planeta, 2007) y sobre todo con Esperando a Robert Capa (Premio Fernando Lara de Novela 2009), que ha sido traducida a más de 15 idiomas. Sus últimas obras publicadas son Septiembre puede esperar (Planeta, 2017) y el libro de recuerdos Tal como éramos (Ézaro, 2021).
La idea de contar historias le viene de muy pequeñita. Su abuela le contaba historias sobre niños que habían desaparecido en Galicia. Un día, muchos años después de aquellos cuentos a Susana Fortes le vino a la cabeza imágenes de un Land Rover subiendo por las faldas de una montaña. “Una mochila infantil abandonada entre los pinos. Una mancha de humedad en el techo de un cobertizo, el olor intenso del salitre. Con todo eso empecé a armar una trama que no sabía muy bien adónde me iba a llevar”. Sus novelas siempre empiezan por una imagen. La emoción y el sentimiento de paisajes familiares llenos de misterio van completando el puzzle. Si el Mediterráneo significa la luz, Galicia proyecta la sombra, la oscuridad. “El paisaje atlántico que es imponente, la mitología, secretos familiares, años ochenta, el comienzo del narcotráfico en Galicia, el mundo de la infancia, aquellos veranos de pan con chocolate y bicicletas como en las películas de Spielberg”. Toda la costa gallega está llena de sinuosas carreteras con acantilados donde las olas golpean y crean desequilibrios en el terreno y forjan las historias. “Me gusta que los lectores vaya atando cabos por su cuenta. No me refiero a la intriga por la intriga. Me refiero a cuando se funde el suspense de la trama con el apego por los personajes y el temor a lo que les haya sucedido. A lo que todavía les pueda suceder”. Los lectores de Turia no deberían faltar a su cita con sus librerías favoritas e ir a buscar esta novela que promete ser una de las grandes sorpresas de la temporada y que se convertirá en una serie de televisión. Corran, corran…