Quizá hace algún tiempo podría pensarse que desde el punto de vista de las artes escénicas estas fiestas navideñas iban a ser un desastre absoluto. Pero no ha sido así, felizmente, y estas de 2020 serán poco más o menos como cualquiera de las anteriores, aunque con ciertos matices y restricciones (número de espectadores por sala, uso obligado de mascarillas, toma de temperatura, higiene manual, control personal).
Por lo demás, y atendiendo a la programación, las salas valencianas seguirán las pautas habituales, tanto las privadas como las públicas, las comerciales como las alternativas; es decir, más entretenimiento que investigación artística, programas de amplio espectro, con interés para toda la familia o directamente para público infantil. Algunos teatros, incluso, proponen una doble programación variando horarios y destinatarios.
El Teatro Olympia mantiene la comedia de Jordi Galcerán, Burundanga hasta el 14 de enero, y en otro horario, para la gente menuda, La bella y la bestia.
En el Talía la empresa de la familia Fayos se disputa a sí misma al público aficionado a la comedia con otro Jordi Galcerán, El método Grönholm, pero esta vez con producción propia.
El Teatre Micalet vuelve a programar su éxito navideño Nadal a casa els Cupiello, hasta el 10 de enero, aunque dejando algún hueco para cosas extraordinarias, como la actuación especial de Xavi Castillo el 26 de diciembre. Y no puede faltar como cada año el Circo Gran Fele, que volverá a La Rambleta hasta el 6 de enero, aunque, lamentablemente, por primera vez sin su fundador y gran impulsor, Rafael Pla, fallecido hace poco.
Y también vuelve en Russafa ese divertido juego satírico que ya se está convirtiendo en una presencia precisa y necesaria; si el año pasado fue Y la nave va, este será Y la na ve vuelve, en la misma onda, pero con pandemia incorporada. En los teatros públicos no podemos dejar de ver un nuevo trabajo de Patrícia Pardo, en la línea de circo escénico:
Perenne, que estará en cartelera hasta el 3 de enero, y en el Principal, programación diversa con los títeres de Soñando el carnaval de los animales (espectáculo vinculado a Nadal a l’Escalante) en los últimos días del año y Crusoe, de Markileñe, en los primeros días de enero.
En el Espacio Inestable hay varias cosas, pero principalmente Dulce de leche, de Miriñaque, para la gente más golosa. Sumemos a todo ello la variada oferta de otras salas como Carme Teatre, Sala Carolina, L’Horta Teatre, El Teatret, Teatro Círculo, Sala Ultramar, el Teatro La Estrella o Teatre El Musical… La verdad es que nos van a faltar días para poder seguir tanta oferta. Si pensamos en cómo van a pasar las Navidades en algunos países europeos o, incluso, en algunas otras comunidades de España, la verdad es que la nuestra es, al menos en la vertiente teatral, una privilegiada.