Pandilleros de arrabal
NEL DIAGO:Desde luego, Romeo y Julieta, el célebre drama de Shakespeare, no parece que pierda nunca su esencia y actualidad. Desde que Hollywood tuvo la genial idea de trasladar la acción a un barrio del Nueva York de mediados del siglo XX con West Side Story (ahora con nueva versión a cardo de Steven Spielberg), las historias de bandas, de jóvenes rebeldes con o sin causa, de chicos inmigrantes que se juntan y se ahorman en busca de una identidad solidaria, son moneda corriente en el cine y en la escena. Y este montaje de Perros Daneses, planteado en coproducción con el Teatre El Musical, es una prueba. Javier Sahuquillo (aquí con Laura Sanchis como coautora), que tiene una cierta práctica en imaginar mundos futuros más o menos inciertos y apocalípticos, ha plateado aquí uno de esos futuribles acomodando el texto de Shakespeare a su objetivo: mostrar un mundo alienado, un tanto orwelliano, donde grupos de jóvenes se dejan arrastrar por sus pasiones amorosas, sus pulsiones sexuales, sus arrebatos de odio y venganza. Son los Montesco y los Capuleto del gran vate inglés, aquí valencianizados en sus nombres (Montesc, Capulet (SIC) y transportados a un país temible, llamado Patria, ante al que hay que prometer sumisión y lealtad eternas. Todo esto lo ilustra Borja López Collado, su director, con un montaje dinámico, juvenil y algo estridente, con coreografías, música y duelos a espada y puños. Hay que señalar que el Centre Escalante participa también de esta experiencia que aspira a ser una prueba de acercamiento del teatro y sus clásicos al público adolescente de nuestro tiempo.