ANDREA GABRIELLI: Este es el otoño valenciano de siempre; calor, playas todavía repletas de turistas (y no solo), gente en camiseta, bermudas y chanclas por las calles y, por supuesto, las terrazas de los restaurantes a rebosar de vida. Porque estas “extensiones” del verano son uno de los mejores momentos del año y hay que aprovecharlos disfrutando de unos vinos frescos y sinceros, que no planteen discusiones y elucubraciones, sino que estimulen la amistad, el compañerismo y la alegría. Una burbuja que no falte nunca, porque, como dice el sabio Joan Martín, el Cava es un vino feliz. Sugeriría el Authentique Brut Nature Reserva de Dominio de la Vega, producido en San Antonio de Requena. Es un excelente cava, equilibrado, con una burbuja fina y elegante, una nariz floral y de cítricos y en boca una agradable acidez que hace que sea perfecto para acompañar toda la comida. Además, lo podéis encontrar por debajo de los 10€. Entre los blancos, me decantaría por un vino elaborado en la misma zona, DO Utiel-Requena, el Tharsys City Blanco de la Bodega Pago de Tharsys. Se trata de un monovarietal de macabeo con una breve crianza de tres meses en barricas de roble (probablemente francés). Un vino donde a la nariz destacan fruta blanca y algo de frutos secos y en boca encontramos un excelente equilibrio entre la acidez y la melosidad, para dejarnos con un final persistente y además a menos de 5€. Como rosado, ya que este tipo de vino parece haber sido el bombazo del verano, optaría por el Cesilia Rosé de Bodegas Casa Sicilia de Novelda (DO Alicante). Por poco más de 7€ tenemos un vinazo, con un color piel de cebolla muy elegante y una frescura increíble que nos invita a maridar con carnes blancas, verduras o arroces, como esa paella que tanto nos gusta comer en compañía en una bonita terraza. Su acidez mezclada con una leve y dulce astringencia lo convierte en el acompañante perfecto. Para terminar con un vino tinto, me voy a orientar hacia el Mo Salinas Monastrell de la Bodega Sierra Salinas de Villena (DO Alicante) porque la uva monastrell y particularmente este vino para mi identifican el espíritu mediterráneo. Un vino cálido, intenso, con aromas a fruta roja y notas especiadas. En boca un buen tanino (gracias a sus 4 meses en barricas) y una clara sensación a confitura, densa y agradable; todo esto por menos de 6€. ¿Quién dice que en nuestra región no se hacen grandes vinos a precios pequeños?