ANNA ENGUIX: Se acercan las Navidades, la calle Colón está a rebosar de compradores compulsivos y cada día se viraliza en redes sociales alguna cena de empresa pasada de rosca. Sin embargo, tú, que sigues guardando los polvorones del año pasado y que no tienes ganas de ver a tu familia política por enésima vez -ni hacerte una foto en el árbol de Navidad de la Plaza del Ayuntamiento- te planteas si existe la posibilidad de pasar estas fiestas esquivando los daños colaterales. La respuesta es sí.
A pesar de las malas lenguas, Valencia tiene una oferta cultural estas fechas que no tiene nada que envidiarle a cualquiera de las grandes capitales europeas. Empezando por la música, además de considerarse la capital del diseño, Valencia está a pocos años de convertirse en la capital del jazz;
Si el 24 de enero quieres prepararte psicológicamente para esa cena que algunos equipararían al juicio final, escápate a medio día y acércate a La Vitti. Este bar de jazz ubicado en la plaza Xúquer, celebra todos los lunes y miércoles Jam Sessions por el módico precio de cinco euros. Y por si no fuese poco, el día 24 a medio día, montarán un mercadillo navideño de segunda mano donde podrás no sólo vender la bufanda que te regaló tu suegra el año pasado, sino que también podrás comprarle un regalo a última hora; todo acompañado de una picaeta y un vermut. Pasaremos el mal trago todos juntos.
A este diamante en bruto, le siguen el Bar Centro Excursionista y el Jimmy Glass Jazz Bar, dos espacios que ofrecen una programación musical de lo más interesante. Además de la cantidad de conciertos de Navidad como las sesiones Candlelight, o de la posibilidad de patinar sobre hielo en la Plaza del Ayuntamiento -sesión asegurada de risoterapia- Valencia se encuentra en su momento de esplendor.
La peatonalización de gran parte de los alrededores del Mercado Central y Plaza de la Reina, te permitirán descubrir cualquier rincón de la ciudad sin tener que ir esquivando a los coches como si de una yincana se tratase. Acércate a la Feria de Artesania de la plaza de la Reina, y si quieres volverte cargado y contribuir al comercio local, no puede faltar una parada en la Librería Anticuaria Rafael Solaz. Desde auténticas curiosidades hasta primeras y segundas ediciones de algunos libros que todos desearíamos custodiar en alguna de nuestras estanterías. Pero por si fuese poco, y no tienes una gran devoción hacia las memorabilia, a pocos pasos de la Fnac se encuentra Discos Oldies. Esta tienda de discos especializada se convierte en una auténtica experiencia sensorial para los amantes de la música. No sólo te encontrarás con verdaderas joyas musicales, sino que además te aconsejo que te dejes recomendar allí.
Además, para cerrar este paseo matinal del que podemos gozar en la ciudad del esmorzaret, recientemente el Grupo Gastro Trinquet ha vuelto a hacer de las suyas y, ahora, Casa Baldo 1915 ha levantado su telón en València. Una forma más teatral de decir que sube la persiana y revela un interiorismo completamente renovado. Más apuesto y sofisticado, pero igual de auténtico y costumbrista.
Y si eres más de barrios, acércate al Observatorio y al Almacén de Patraix, a pesar de que en el letrero de la puerta pone «Droguería Muñoz», no te equivoques no venden pastillas de jabón lagarto, sino piscos, cocina fusión y todo con productos de proximidad. Como bien han anunciado por redes sociales, pueden hacer cenas a puerta cerrada para grupos de personas, y su menú para estas fiestas nos ha hecho a todos la boca agua.
Mi última recomendación es que te acerques al cine, la cartelera está que arde, si eres de Avatar, no lo dudes, acércate al Cinesa Luxe Bonaire y déjate deleitar por sus butacas reclinables y por sus pantallas iSense que, además de su magnífica calidad visual, brinda un sonido envolvente desde cualquier parte de la sala. Y si eres más indie, no dudes en hacerle una visita a los Babel o a los Cines d’Or.
Por si todo esto es demasiado soft y decides acabar las Navidades rindiéndole un buen homenaje a la serie “La Ruta”, la discoteca Spook vuelve a abrirnos sus puertas bajo el concepto de Wax y de Gordo, en definitiva, techno del bueno para una blanca Navidad.