LAURA PÉREZ: La SEMINCI cierra sus puertas este sábado 1 de noviembre -fecha señalada de Todos los Santos- bajo la lluvia y bajas temperaturas. Por la mañana, puntuales a las 11h, se ha dado a conocer el palmarés de este aniversario redondo de la Semana, en un Salón de los Espejos abarrotado de prensa, participantes y público curioso.
Este nuevo palmarés resulta especial, dado que The Mastermind, de Kelly Reichardt, y Magallanes, de Lav Diaz, comparten la Espiga de Oro ex aequo. Esta “indecisión” del jurado, formado por Elena López Riera, Laurentina Guidotti, Serge Toubiana, João Pedro Rodrigues y Mihai Chirilov, resulta ser la cuarta ocasión en la historia del festival que el máximo galardón se concede de manera compartida. La cineasta estadounidense, Kelly Reichardt conquistó al jurado con una elegante deconstrucción del cine de atracos que revela la fragilidad y la perseverancia humanas, mientras que Lav Diaz fue reconocido por su ambiciosa relectura crítica del colonialismo y su propuesta estética y temporal de gran rigor formal.


Este 2025 parece ser un año de récords, pues la Seminci superó los 100.000 espectadores, lo que supone un 6% más que en 2024. “El pasado miércoles ya habíamos alcanzado la cifra total de público del año anterior”, celebró su director, José Luis Cienfuegos en la comparecencia de prensa que cierra esta 70ª edición.
Siguiendo con el listado de ganadores, la Espiga de Plata fue para Silent Friend, de Ildikó Enyedi, que también recibió la Espiga Verde por su reflexión sobre la comunicación silenciosa y el vínculo entre lo humano y lo no humano. El Premio Ribera del Duero a la Mejor Dirección recayó en los argentinos Ezequiel Salinas y Ramiro Sonzini por La noche está marchándose ya, destacando su mirada optimista y comprometida con el poder político y emocional del cine. En la parte de interpretación, los galardones fueron para Eva Victor, por Sorry, Baby, y Harry Melling, por Pillion. El jurado de Sección oficial otorgó además una mención especial “coral” al trío familiar protagonista del filme Lionel, de Carlos Saiz. Christopher Blauvelt fue reconocido por la mejor fotografía de una de las grandes vencedoras, The Mastermind, mientras que los españoles Fernando Franco y Begoña Arostegui ganaron el Premio Miguel Delibes al mejor guion por Subsuelo, y Nili Feller el Premio José Salcedo al mejor montaje por la cinta Yes, de Nadav Lapid.
En la sección Punto de Encuentro, el premio principal fue para La risa y la navaja, del portugués Pedro Pinho, y el Premio Especial Fundos para Anoche conquisté Tebas, de Gabriel Azorín. El largomeatraje Kika, de Alexe Poukine, recibió el Premio que ofrece la ESCAC a la mejor dirección novel.
El Gran Premio Alquimias fue para Bulakna, de Leonor Noivo, por su mirada sensible sobre las huellas del colonialismo, mientras que Memory of Princess Mumbi, de Damien Hauser, obtuvo una mención especial por parte de este jurado internacional.
En la sección competitiva Tiempo de Historia, reservada a los documentales, Cara a cara, de Federico Veiroj, conquistó el máximo galardón, y Memory, de Vladlena Sandu, el Premio Especial. En el apartado español, Yrupẽ, de Candela Sotos, se alzó con el Premio DOC. España con mención especial para Los Cangrejos, de Rubén Seca.
Entre los galardones nacionales, el Premio Pilar Miró a la mejor nueva dirección española fue para Forastera, opera prima de Lucía Aleñar.

Si hablamos de los cortometrajes, Living Stones, de Jakob Ladányi Jancsó, obtuvo la Espiga de Oro, mientras Casi septiembre, de Lucía G. Romero, se llevó premio en la Sección Española. El Premio Castilla y León en Corto fue para Darshan, de Alberto Allica, y El cuerpo en cuestión, de María Herrera, recibirá el nuevo Premio Proyecto Corto Movistar Plus+ en la ceremonia de clausura.
El Premio del Público en la Sección Oficial fue para Hamnet, de Chloé Zhao, y A Sad and Beautiful World, de Cyril Aris, se llevó el galardón que otorgan los espectadores en Punto de Encuentro.
Esta 70ª edición de la Seminci incluyó también la primera entrega del Premio La Meseta Distribución, que fue a parar a Sideral para La cronología del agua, primer filme como directora de Kristen Stewart, junto a La buena hija, de Júlia de Paz, y El amor que permanece, del islandés Hlynur Pálmason.


