PAU VERGARA: Parece que, una vez más, la saga Alien ha caído en la trampa de su propia fórmula. Con Alien: Romulus, el intento de reinvención se convierte en un triste regreso a las mismas zonas confortables que la franquicia ha visitado una y otra vez. Si bien la dirección logra mantener un ritmo decente y el diseño de producción continúa entregando atmósferas inquietantes y oscuras, la película se siente como un reciclaje bien envuelto de lo que ya hemos visto antes. El resultado es una experiencia que, aunque técnicamente correcta, carece de novedad, chispa o cualquier motivo real para entusiasmarse.

La trama de Romulus sigue a un grupo de exploradores espaciales que, sorpresa, terminan en una nave hostil plagado de xenomorfos. Los personajes son poco más que arquetipos desechables destinados a servir como carne de cañón para las criaturas que ya conocemos demasiado bien. El guion se arrastra por los mismos pasillos oscuros, los mismos sustos predecibles, y los diálogos cargados de frases trilladas sobre la supervivencia y la insignificancia humana en el vasto universo.

La película intenta recuperar el suspense de la original de Ridley Scott, con tomas largas y silencios inquietantes, pero en lugar de generar tensión, provoca aburrimiento. Las escenas de acción, aunque bien coreografiadas, no aportan nada nuevo; el espectador ya ha visto todo esto antes, y mejor hecho, en entregas anteriores. Incluso los efectos especiales, aunque técnicamente impresionantes, pierden su impacto en un contexto tan predecible.

Es lamentable que una franquicia con tanto potencial para explorar nuevos horizontes siga girando en torno a la misma narrativa de “cazador y presa” en el espacio. Alien: Romulus no ofrece ninguna innovación significativa en términos de trama o personajes. Es más de lo mismo, contado con cierta destreza, pero sin alma ni imaginación.

En resumen, Alien: Romulus se queda en el umbral de la mediocridad: una película que apenas se sostiene sobre los cimientos de lo que ya hemos visto una y otra vez, sin añadir nada memorable a la saga. Solo recomendable para los seguidores más acérrimos de la franquicia, y aún así, probablemente dejará un sabor de decepción incluso entre los fans más fieles.