CARLOS LÓPEZ OLANO: Son fachas avergonzados. De los que no les gusta que se les llame fascistas, porque es como si les insultaran. Qué cosas tienen, estos rojos. Pero las palabras son poderosas porque definen cosas, ideas, sentimientos. Y díganme ustedes cómo vamos a llamar a alguien que apela a la democracia en redes sociales para consultar al pueblo si bautiza a su caballo como Duce, o como Caudillo. Y ese facha, antes torero, va a ser ahora vicepresident de la Generalitat. Y no es el único ultra de VOX, qué sorpresa: el diputado más joven de las Corts, José Muñoz Salvador, que es de los que no salen sin la rojigualda en el reloj de pulsera, participó en el homenaje a José Antonio en el cementerio de Alicante el 20 de noviembre. Por supuesto de uniforme: les gusta a éstos más la camisa azul mahón y la boina roja que comer con los dedos. Y otra que no es facha: la flamante presidenta de las Corts, Llanos Massó, ultracatólica antiabortista, negacionista de la violencia machista y contraria a la educación sexual en las escuelas… por mencionar solo unas cuantas de las virtudes que atesora.
Y se avergüenzan de su pasado, sí, porque ya saben que Barrera, el próximo conseller de Cultura i Educació, ha borrado todos los tuits que olían a ultra. ¿Quizás ha evolucionado y le parece casposo, además de fascista, proponer llamar a su caballo con el nombre de un dictador? O quizás no, pero le perturba que le llamen facha, eso nunca jamás. No vaya a ser que pierda un puñado de votos por esa tontería. De este doble sentimiento esquizofrénico de los de VOX les he hablado en diversas ocasiones en este Muro. Y no quiero ser pesado pero es que ese argumento –soy facha pero no me lo llames que parece que me insultes–, no sólo lo esgrimen ellos. También hay voceros mediáticos que dicen que es una acusación sin sentido. Esta semana he leído un artículo en prensa que critica la persistente manía de algunos de llamar fascistas a los de VOX. Debe ser que acudir a un homenaje a José Antonio el día del aniversario de su muerte con camisa azul no es suficiente síntoma para inferir que el que la lleva, simpatiza con el ideario fascista. Y cuidado, que esto no acaba más que de empezar.
Esta semana se ha inaugurado en el Museu de la Beneficència y l’Etno una magnífica exposición sobre memoria, esa que tanto sarpullido les provoca a los no fachas. “Les fosses del franquisme” hace un recorrido sociológico y arqueológico sobre lo que pasó y de lo que nunca se habló. Conferencias, mesas redondas y actuaciones musicales. Se ha iniciado todo un programa que busca la difusión, eso que es tan importante para la memoria. Vayan a verla, participen. Para que los más jóvenes lo tengan en cuenta, para que no se olvide lo que ocurrió, algo tan simple como eso. La magna muestra la ha organizado la Diputació de València y su Delegación de Memoria, comandada por Paco Sanchis, un funcionario convencido de que lo que hace es bueno, y útil. Su trabajo es ahora más importante que nunca, sobre todo cuando desde otras instituciones se va a vetar, eso imagino que todos lo tenemos claro, cualquier actividad que huela a reivindicación de la memoria y la justicia histórica. La Diputació se va a quedar sola ante el peligro, pero menos mal que aún los tenemos a ellos.
Todo esto, cuando aún no tenemos nuevo gobierno formado en la Comunitat. Y cuando faltan tan sólo unas semanas para que volvamos a las urnas. Cuando llegue ese momento, acuérdense de los que retiran las banderas del arco iris, de los que niegan la violencia machista, de los que no quieren ser llamados fachas, aunque a veces les pueda la nostalgia y se vistan con el uniforme falangista. Y acuérdense sobre todo de que la manera de combatirlos, pasa por la movilización de los demócratas. Los de verdad.
