Cartelera Turia

ENTREVISTA CON SUSANA FORTES, AUTORA DE “SOLO UN DÍA MÁS”

PAU VERGARA: En Sólo un día más (Espasa, 2025), Susana Fortes vuelve a demostrar su maestría para entrelazar ficción y memoria histórica con una sensibilidad contenida y certera. Basada en las 865 cartas que se enviaron el escritor Albert Camus y la actriz María Casares a lo largo de quince años, la novela reconstruye —y reimagina— una pasión marcada por la distancia, el contexto político y la imposibilidad del amor en tiempos convulsos. A través de la voz de una narradora contemporánea, también herida por una relación fallida, Fortes proyecta dos historias paralelas separadas por décadas pero unidas por la misma pregunta: ¿puede sobrevivir el amor al fuego cruzado de la historia?

Qué te atrajo a Susana Fortes de la correspondencia entre Albert Camus y María Casares para convertir su historia en el núcleo de una novela? Bueno, es un amor en pleno corazón  del siglo  XX, con la Historia estallando alrededor:  el fin de la II Guerra Mundial, la ocupación de Francia, La Resistencia, la liberación de París, la batalla de Argel, el comienzo de la Guerra Fría y las tensiones con el bloque del Este… Muchas personas  viven toda su vida sin conocer un amarre de ese calibre. Albert Camus y María Casares pasan su primera noche juntos el Día D, el 6 de junio de 1944.  Mientras miles de paracaidistas caían del cielo sobre las playas de Normandía, ellos se enamoraban. Suena muy casablanquero, pero ocurrió  tal cual. A Camus, con su famosa gabardina, la revista Vogue lo llamó el Humphrey Bogart francés .

¿Cómo articula la novela el paralelismo entre el París ocupado y la Europa del siglo XXI a través del personaje de la narradora? Me pareció interesante darle a la historia un contrapunto actual. Y hablar  de cómo nace una novela, cómo es el proceso de creación de una escritora  metida en su estudio, con sus propios dilemas sin resolver, tecleando en el ordenador, mezclando su vida con la historia que está contando. Las dos tramas tratan de escritores enamorados. En ambos casos son amores complicados, a contradiós. En el amor todos somos extranjeros.

¿Es Sólo un día más una novela de amor o una novela sobre los efectos del tiempo y la historia en las relaciones humanas? La novela es la historia de ellos desde 1944 hasta 1960, en que Camus muere en un extraño accidente de tráfico. Quince años en los que hay encuentros y desencuentros, pasión y desesperación, deseo, celos, miedo, complicidad, humor, viajes maravillosos  y  momentos sublimes de tocar el cielo.

La ambientación cultural del París de la posguerra ocupa un lugar central en la novela. ¿Qué importancia tiene el retrato del Saint Germain literario y artístico en la reconstrucción de ese universo emocional? Hablamos de una época en la que los intelectua­les daban conferencias en los cafés y se acuchillaban por la espalda en los periódicos. El gran error de la izquierda en aquel momento era creer que se podía ser anti­fascista sin ser antitotalitario. Camus pensaba por libre, fuera de los carriles ideológicos. Igual que Orwell. Y eso, claro, le costó caro.

Por otra parte escribir sobre un escritor me obligó necesariamente a plantearme cuestiones personales: sobre cómo se gestionan los egos o cómo el éxito es un arma de doble filo que puede destruir al más templado… También los chismes dentro del mundillo literario, las puñaladas traperas, la polémica con la pareja Sartre-Simone de Beauvoir, los entresijos del Nobel, cosas que muy poca gente sabe…

¿Cómo trabaja Fortes la fusión entre realidad y ficción? Recrear y fabular son cosas distintas. En la recreación el novelista no puede inventar a su antojo, debe atenerse a los hechos y a sus consecuen­cias. Todos los episodios narrados de la biografía de Albert Camus y María Casares son reales y están documentados, igual  que los nombres propios de escritores, actores y editores que aparecen citados.  En la recreación el escritor debe llevar sobre sus hombros todo el peso de la documentación, pero sin que se note.  Los ladrillos y andamios con los que está construido el edificio deben ser invisibles. En esto me esforcé especialmente, porque creo que el lector no debe cargar con ningún peso muerto. Lo único que tiene que hacer es abrir la puerta, habitar la casa, conocer a los personajes, entenderlos y, si le apetece, sentarse con ellos a la mesa.

¿Qué papel desempeña el punto de vista femenino en la novela? Para mí también era importante reivindicar a María Casares, que fue mucho más que la amante de Camus.  Una exiliada española de origen gallego, hija del exministro republicano Santiago Casares Quiroga. Cuando se conocieron ella era muy joven,  acababa de cumplir los 21, tenía  la voz grave como Lauren Bacall, los ojos verdes e iba a convertirse en la gran musa del teatro y del  cine francés. En el cine trabajo con Coctau, con Marcel Carné, con Robert Breson… En el teatro representó a Lady Macbeth, María Tudor, Medea, Yerma… Actuó en París, Londres, en todas las grandes capitales europeas. Triunfó en Nueva York, en  Broadway, en Río de Janeiro, en Buenos Aires. Fue aclamada por la crítica como la nueva Sarah Bernhardt. Ocupaba las portadas de las revistas. Recibió la Legión de Honor francesa. En España fue y sigue siendo  la gran desconocida, repudiada y ninguneada por el régimen de Franco.

¿En qué medida esta novela dialoga con otros títulos anteriores de Susana Fortes, como Esperando a Robert Capa o El amante albanés? Sólo un día más pertenece al género del biopic o biografía novelada con el telón de un trasfondo histórico de primera magnitud, al igual que  Esperando a Robert Capa, (la historia de amor entre dos fotógrafos de guerra  Capa y Gerda Taro en la guerra civil española), que por cierto también aparecen en  la novela igual que los republicanos españoles de La Nueve. Me siento cómoda en ese registro.

Y por lo que respecta a la historia actual de la narradora, los Balcanes están bastante presentes en mis novelas. Para una escritora de mi generación igual que para cualquier lector creo yo, el incendio de la Biblioteca de Sarajevo tuvo mucho impacto por lo que tuvo de simbólico. De ataque al corazón de la civilización. El libro va ilustrado con algunas fotos. Una de ellas me la cedió el fotoperiodista Gervasio Sánchez que cubrió ese conflicto.

El título, Sólo un día más, sugiere una idea de amor condenado, de nostalgia perpetua. ¿Es una novela sobre la esperanza o sobre la imposibilidad de detener el paso del tiempo? Sobre la esperanza. La colección que Camus dirigía en Gallimard se llamaba precisamente así,  L´Espoir.  Es una novela mediterránea. Camus, todo su pensamiento, era profundamente mediterráneo y mucho más humanista que existencialista. Y al fin y a cabo, “sólo un día más” es lo que queremos todos: una prórroga.

 

 

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