Hace mucho que el director estadounidense de origen indio, M.Night Shyamalan no para de sorprendernos con cada una de sus películas. Es un director controvertido, es cierto que no dejan indiferente a nadie, pero lo que nadie duda es de su talento para transitar del terror a la ciencia ficción y en lograr mantener un decente equilibrio entre la comercialidad y una mirada personal. Desde El sexto sentido, pasando por Señales, la intersantísima, Múltiple, la sorprendente La aldea, la intrigante El incidente (una de mis favoritas) y la muy comercial The airbender, todas tienen algo único e irrepetible. Tiempo (old) se basa en la novela gráfica Castillo de arena de Pierre-Oscar Levy y Frederik Peeters (recomendada por nuestro compañero Álex Serrano la semana pasada). Aviso que esta crítica tiene espoilers.
Durante unas vacaciones en un paraíso tropical, una familia empieza a percibir que en la recóndita playa elegida para relajarse unas horas suceden algunas anomalías temporales. Shyamalan consigue atraparnos en uno de sus macabros mecanismos narrativos. Nos presenta unos personajes que luego tendrán que convivir en un estrecho margen de tiempo. Habíamos visto avances y retrocesos temporales (especialmente en el cine de Christopher Nolan), pero nunca que el avance temporal afectara a los personajes, de tal modo, que cada hora sean siete años de vida. Se vuelven viejos. Y ese es el trasfondo filosófico. La velocidad del tiempo, la degeneración del cuerpo y lo poco que duran las cosas. Hay secuencias bastante impactantes que incluso generó risas en la sala de cine (la escena del embarazo es memorable). Sin embargo, más allá de algunos chispazos puntuales Tiempo es irregular y en la parte final hace grandes concesiones al espectador ofreciendo una explicación simple a los fenómenos paranormales de aquella playa. Sin duda el film posee aspectos interesantes, pero no es su mejor película. Entretiene, pero no es redonda. La gente aplaudió al final de la proyección en una sala de cine llena. Que para los tiempos que corren… Vayan a verla antes de ponerse viejos.
