El director y guionista alicantino Alberto Evangelio debuta en la gran pantalla con un thriller con dos partes claramente diferenciadas: una primera más introductoria y contextual donde el misterio se impone; y una segunda en la que las cartas se descubren y lo fantástico agita y conduce el relato hacia un dilatado y entretenido desenlace. El resultado es una obra que cumple con su propuesta de suspense gracias, sobre todo, a ese tramo final, en el que se echa el resto buscando dejar la emoción de la audiencia en lo más alto.

Visitante narra cómo una tragedia puntual marca para siempre las vidas de sus protagonistas, con el pasado y la perdida como principales hilos conductores de sus tormentos y anhelos. En especial la de Marga que, en un momento personal y emocional incierto, decide regresar al lugar donde todo cambió. Es entonces cuando el misterio comienza a tejer su red hasta que, a través de un elemento fantástico, se desvela un contexto que recuerda, sin ir más lejos ni entrar en detalles, a la obra de Jordan Peele, Nosotros.

Si bien la tensión se palpa durante todo el metraje, buena culpa de ello la tiene su interesante banda sonora, que consigue hacerse notar en aquellos momentos donde más se la necesita, sobre todo en su primera mitad, con algún que otro altibajo. Otro cantar es su desenlace, que se desarrolla a buen ritmo e invita a mantener el interés hasta el final; un desenlace que, si bien no es complejo, puede resultar por momentos confuso precisamente por su agilidad narrativa.

En definitiva, un thriller que juega su mejor baza en su intensa última media hora, compensando el resto del metraje, más pausado y con menos gancho. Un debut con toques interesantes. Esperaremos a la siguiente.