INMA GARÍN: “Presoners” es una propuesta generada específicamente para el Monasterio de San Miguel de los Reyes. Carles Alberola (Albena Teatre) ha destinado cada uno de los ocho textos a un espacio propio dentro del edificio, designando a una intérprete para conducir al reducido grupo de espectadores en una especia de promenade por el recinto. Tras recibir al grupo InmaSancho (prólogo y epílogo), situó el evento en sus correspondientes coordenadas sociopolíticas (Chema Cardeña y P. Alapont respectivamente). Aunque todavía anteproyecto, la nueva ley de Memoria hace que cada uno de los casos ilustrados resulten un tema de actualidad. Estos seis casos elaborados en ocho textos merecen justicia y reparación, al igual que los de hombres y mujeres que padecieron su mismo destino.

Si “Música empresonada” se alzó en 2019 como un grito de los únicos valencianos represaliados, “Presoners”, que se exhibió este finde semana bajo las medidas Covid-19, muestra una vez más que el Teatro es #culturasegura. Producido por la Generalitat Valenciana, la propuesta da voz y palabra a los encarceladoos con un clamor surge de los propios presos, quienes se nos muestran encarnados por espléndidos actores con los que el espectador no puede sino empatizar. Alberola coordina al grupo de dramaturgos responsables, y dirige la representación. Ha sabido trasladar la intimidad de la correspondencia a los distintos emplazamientos elegidos y ha sabido realzar su carácter original. Oprobio al que pone el primer punto final este nuevo proyecto de Ley que el Congreso de Diputados está a punto de aprobar, junto a esta propuesta de “teatro promenade”, una variante del teatro concebido ex profeso para espacios cuya belleza e historia se quiere realzar. La recepción se desarrolló como era de esperar: con respeto a una liturgia o ceremonia que consagra la sede de la Biblioteca Valenciana con devoción. Memoria histórica, un género propio que vehicula propuestas diversas encaminadas a hacer pedagogía a las generaciones que no vivieron eso. En definitiva, restitución del honor de aquellos a los que la sinrazón se lo quiso hurtar mediante un estética sencilla cuyo protagonista es la piedra milenaria y la la voz de los que ya no están. Si hay que poner alguna objeción, se la pondría al tono de los textos, tal vez demasiado uniforme pese a las seis autorías diferentes (Cardeña, Alapont, Alejo, Tena, Pardo y R. Sirera).