XIMO CÁDIZ: La alcaldesa María José Catalá se paseó por Bruselas buscando la enésima polémica contra el Gobierno de España. Con gesto severo, Catalá denunciaba que Pedro Sánchez aún no había pedido las ayudas para paliar los efectos de la dana al Fondo de Solidaridad europeo. La verdad era otra: la solicitud se formaliza cuando se ha recabado toda la información de los costes ocasionados. Y así se hizo: el 20 de enero el Ministerio de Hacienda, en plazo, pidió 4.404 millones de euros a la UE (con gastos identificados). Apurar la fecha ha permitido incluir más gastos que si se hubiera presentado el día 30 de octubre. Pero, para Catalá el objetivo era intoxicar y criticar Sánchez.
Esta farsa, siendo grave, no es la peor. La mentira más vergonzosa de la alcaldesa se llama Capital Verde Europea. En 2024, tras 8 años de políticas progresistas (en el Ajuntament y la Generalitat) para hacer una València más habitable y sostenible, Catalá heredó esa capitalidad verde que ha reducido a propaganda y pedir que la Albufera sea reserva de la biosfera y, a partir de esto, el despropósito y la involución.
Hagamos memoria: el concejal encargado de la Devesa-El Saler, de Vox, negó el calentamiento global y cargó contra el “alarmismo climático” en un congreso internacional sobre humedales; María Coché Catalá hizo una “reorganización” de la calle Colón que ha supuesto meter un 70% más de vehículos en el centro y convertir esta vía pacificada en un caos circulatorio y contaminante; se minimiza la zona de bajas emisiones y se apagan las cámaras de Ciutat Vella que deben disuadir el tránsito privado; sigue sin instalar 4.000 sensores que identificarían a quien use los contenedores de materia orgánica y bonificarles en los impuestos la recogida selectiva de residuos; la reforma renaturalizadora de la plaza del Ayuntamiento está paralizada para quitar árboles que “taparían” los edificios; el Corredor Verde, que debía ser el pulmón de los barrios del sur, se desvirtúa metiendo tráfico y lo mismo sucede con la revisión del plan del Grao.
Al Gore, en 2005, en el documental An Inconvenient Truth explicaba como la humanidad se cuece lentamente con el calentamiento global (y usaba el ejemplo de una rana que huye del agua en ebullición, pero muere sin darse cuenta si aumentan los grados poco a poco). Estas decisiones municipales negacionistas del PP y Vox son la causa de la depredación ambiental y de las alteraciones climáticas: es una muerte lenta. Gracias a Català, València es la anti-Capital Verde Europea.
