Cartelera Turia

QUIVERS – LOCO CLUB. Combustible para el alma

CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA: No inventan la rueda, pero la hacen girar que da gusto. Nada nuevo bajo el sol, pero hace un día de puta madre. ¿Seguimos con los tópicos? Todos son válidos para describir el delicioso bolo que el cuarteto de Melbourne (Australia) nos regaló una tarde de domingo. Decía hace unos años Adam Duritz (Counting Crows) en un documental sobre el influjo de los Beatles que prefería ligeramente a Paul McCartney por encima de John Lennon porque el primero quizá no sea tan buen letrista ni tan rebelde ni de una genialidad tan puntiaguda como el segundo, pero es responsable de más melodías memorables y perdurables, de esas que cualquiera puede tararear de memoria por muchas décadas que hayan pasado. Yo añadiría que quizá también las bandas de power pop, y las de jangle pop (como Quivers, quienes dedicaron un álbum entero a versionar el Out of Time de R.E.M.), estén más en deuda con la herencia de Macca que con la de Lennon, aunque la dicotomía sea un poco estéril.

Ya solo la tercera canción que abordaron, “Pink Smoke” – extraída de Oyster Cuts, su tercer álbum, una de las joyas subterráneas de este año que termina –, me valió por todo el concierto. Pero es que el resto tampoco desentonó. Melodías radiantes, riffs de guitarra adictivos, punteos fulgentes, voces oxigenantes (qué bien mezclan todas, dos chicos y dos chicas, especialmente las de Sam Nicholson y Bella Quinlan) y la clase, el oficio y la sensibilidad de quien proviene del mismo país que The Go-Betweens, The Church o The Triffids. Llámalo alimento para el espíritu, combustible para el alma o pop y pasiones (en tres minutos), que decía Jorge Albi al comenzar su programa de radio hace la tira de tiempo. Una absoluta gozada, en definitiva, repleta de canciones para derretirse, que tuvo su prólogo en la interesante aportación de los lisboetas Hause Plants, estupendos teloneros que, una vez se mezclaron entre el público, nos recordaron que (al igual que ocurrió con los exquisitos Lemon Twigs).

FOTOS: MARÍA CARBONELL

QUIVERS – LOCO CLUB. Combustible para el alma

EN LA CIUDAD SIN LÍMITES: POBRE JUDITH

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