A veces la vida imita al cine. La visita del Papa Benedicto XVI a Valencia en julio de 2006 parecía un remake de Nachtgestalten (Encuentros nocturnos, 1999), un film espléndido que abordaba la visita de Juan Pablo II en Berlín desde el ángulo de aquellas clases más desfavorecidas que sufren el invierno siempre duro de esta ciudad. El Papa irrumpía de fondo como un extraterrestre enfundado en su traje blanco inmaculado repartiendo buena voluntad mientras los protagonistas, en primer plano, apenas sobrevivían.
En La estrategia del silencio, Vicent Peris expone también ese hiato estremecedor que produjo que se silenciara el trágico accidente de metro en la estación de Jesús con el firme propósito de no aguarles la fiesta al gobierno del PP. El cineasta corrige la noticia superflua de entonces, indaga los motivos, la manipulación extrema que contó vergonzosamente con la complicidad de los medios de comunicación, la gestión corrupta que envolvió la visita de Ratzinger, la desfachatez de un Partido cegado por el poder, que expone su orgullo henchido colocando su acontecimiento en primera línea y por encima de cualquier circunstancia.
Esta valiosa película denuncia la superficialidad y cero responsabilidad de quienes tenían que pronunciarse. Pero sobre todo da protagonismo y voz a los miembros de la Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio (AVM3J), concentrándose en su cabeza más visible, Beatriz Garrote. Una decisión que lo sitúa en el plano de la concienciación, ya que dedica más metraje al lado de la tragedia, a sus lágrimas de indignación, que a ese triángulo oscuro que forman la Generalitat Valenciana, Canal 9 y empresa de Ferrocarriles, tres vértices que claramente actuaron de manera consensuada pendiente de proteger a los responsables de semejante negligencia.
Queda pendiente un documental de investigación, al estilo De nens (2003) de Joaquim Jordà, ese mismo que borda la cinematografía italiana, capaz de dar luz a casos archivados que nunca tuvieron solución, de exponer una denuncia documentada, objetiva y decididamente combativa contra un Estado criminal y un aparato judicial abiertamente sesgado y poco democrático.
Van tres ejemplos imprescindibles: Il caso Moro (1986), Pasolini, un delitto italiano (1995) y Romanzo di una strage (2012), las dos últimos tristemente inéditas en España.