NEL DIAGO: En sus últimos espectáculos (Llum trencada, Mar de Fons) el grupo teatral balear Iguana Teatre ha mostrado su interés en reflexionar desde el escenario sobre la historia más o menos contemporánea de sus paisanos, los hombres y mujeres que vivieron la experiencia alentadora y traumática de la Segunda República y la Guerra Civil de 1936-1939. El nuevo montaje, que acaban de presentar en Valencia, sigue esa misma línea, sólo que en esta ocasión la mirada se centra en un colectivo humano muy especial, los chuetas, que con el transcurrir de los tiempos han pasado de la persecución y el ocultamiento a casi convertirse en uno de los símbolos de la idiosincrasia mallorquina. La obra, sin tener propiamente un carácter documental, sí emplea elementos de este estilo, toda vez que el relato se construye en parte en testimonios de descendientes de este colectivo y en aportaciones materiales (fotografías, retratos, objetos varios) de la misma procedencia, lo que permite y hasta determina que la exposición vaya alternando lo dramático y lo épico, lo actuado y lo narrado, a lo largo de tres extensos monólogos que nos sitúan en diferentes épocas, desde los Autos de Fe de fines del siglo XVII, donde podría decirse que comienza la estigmatización de este grupo de cristianos conversos, con nombres y apellidos (Aguiló, Forteza, Fuster, Valls…), hasta el presente, en el que la imagen negativa de los chuetas se va diluyendo. Como era previsible por todo lo dicho hasta ahora, el montaje se asienta muy especialmente en el trabajo actoral de los tres intérpretes narradores, Irene Soler, Salvador Oliva y Marina Nicolau (esta última, sin duda. la más destacada). Muy interesante.