NEL DIAGO: Quizá lo de menos sea el texto, con sus ribetes de ciencia-ficción (género que a mí me encanta) que, al fin y al cabo, ha sido concebido por Daniel Dicenta (y Juanma Gómez) a mayor gloria de su progenitora, Lola Herrera, quien, para la ocasión, vuelve a exhibir su excelencia actoral, su asombrosa capacidad para llenar un escenario con su sola presencia; aunque aquí no está sola: esa científica hospitalizada comparte espacio dramático con la doctora que la atiende (una sensacional Lola Baldrich) y la periodista de investigación que trata de entrevistarla (Ana Labordeta, también estupenda). Una acción ubicada en el ambiente aséptico y blanquecino de un centro hospitalario, que se transforma al tiempo en el lugar de la conspiración, del intercambio urdido por las tres mujeres para salvar al género humano de las terribles consecuencias del posible mal uso de un descubrimiento científico. El trío actoral es de los que crean adicción: a la buena labor interpretativa, al bien decir, al saber estar. Y parte del mérito, cómo no, se lo ha de llevar Magüi Mira, que realiza una puesta en escena prístina y diáfana, centrándose en lo esencial, que es la trama y su encarnación. Un espectáculo muy notable, dentro de su sencillez. Bravo.