COCOLISO: NO BAJAN las aguas precisamente tranquilas en casa de los socialistas valencianos. Mientras el PSPV-PSOE intentaba mantener una línea clara y crítica frente al PP, Carlos Fernández Bielsa, alcalde de Mislata y vicesecretario provincial, como un verso suelto, decide hacer un despliegue de buena sintonía con Mazón.
“ES EL PRINCIPIO de una buena relación”, dijo Mazón-casi como el final de Casablanca-pero para el PSPV, podría ser el principio de un problema mayor. El abrazo entre Bielsa y Mazón ha dejado perplejos a muchos de sus compañeros de filas. Mientras el PSPV-PSOE endurece su discurso contra las políticas del PP, Bielsa prefiere el aplauso fácil de la derecha mediática y política. En un movimiento que recuerda a Page, su acercamiento al PP no ha hecho más que crear grietas en la unidad socialista y dejar un sabor amargo entre los que esperaban una oposición más firme.
EN POLÍTICA, las alianzas suelen ser complejas, pero la de Bielsa con Mazón parece más un pacto de intereses personales que una estrategia de beneficio público. Los militantes del PSPV-PSOE se preguntan qué gana el partido en esta jugada, que más bien parece un movimiento desesperado de un líder que quiere estar bien con todos, incluso con aquellos a quienes debería oponerse.
COMO García-Page en Castilla-La Mancha, Bielsa parece más interesado en construir puentes con la derecha que en reforzar la unidad y la crítica de su propio partido. Una estrategia que ha dejado un regusto amargo entre quienes se sienten traicionados por sus propios líderes.
MIENTRAS el PSPV-PSOE luchaba por consolidar un discurso de oposición firme contra el PP, Bielsa optó por lo fácil: “pastelear” con Mazón. Sus acuerdos en Mislata no solo contradicen la línea de su partido, sino que han encendido las alarmas entre los militantes, que ven cómo su liderazgo erosiona la credibilidad de los socialistas valencianos, especialmente de Diana Morant.
EL ABRAZO entre Bielsa y Mazón no es solo una imagen; es un símbolo de cómo la estrategia del PSPV se ha roto desde dentro. Lo que algunos ven como pragmatismo, otros lo llaman entreguismo. Mientras tanto, las bases socialistas sienten que su voz se diluye en los pactos que Bielsa ha decidido sellar con la derecha.
EN LUGAR de fortalecer la estructura del PSPV desde la base, Bielsa ha optado por cimentar su liderazgo en acuerdos con el PP que muchos consideran débiles y oportunistas. En un partido que buscaba ser fuerte y claro frente a sus rivales, Bielsa se convierte en un símbolo de la incoherencia
RESPECTO a Diana Morant, la secretaria general del PSPV-PSOE y ministra hay poco que decir. La agenda ministerial se impone con peso de plomo. Morant, atrapada en el laberinto del Gobierno central, parece cada vez más distante de los problemas que afligen a su tierra. No hay palabras suyas sobre la saturación turística que asfixia a los municipios de la costa, ni se escucha su voz proponiendo políticas concretas que resuelvan las necesidades urgentes del territorio que espera ser gobernado.
LA LABOR en el gobierno le resta a Morant presencia y contacto con la Comunitat. En ese vacío de liderazgo y definición de proyecto político, muchos se preguntan si la ministra cree que una vuelta a tres meses antes de las elecciones será suficiente para ganar la Generalitat.
LA POLÍTICA no se construye con apariciones esporádicas, sino con arraigo y compromiso diario. Sin un plan claro, sin pisar el suelo de la Comunitat, cualquier aspiración de victoria se desdibuja en el horizonte, dejando al PSPV en manos de quienes se atreven a llenar ese vacío, incluso si eso significa negociar con el PP.
NO HAY nada que indique que el PP no vaya a gobernar al menos 8 años.Y ya veremos sin más…