Los amantes de las películas de espionaje tienen una parada en El ángel, una trepidante historia de espías que se estrena en Netflix y que aborda una de las tantas historias desconocidas que cambiaron el curso de los acontecimientos en Oriente Medio. El Ángel es el nombre en clave de Ashraf Marwan, yerno del Presidente Nasser y confidente y asesor personal de su sucesor, Anwar Sadat. Egipto prepara la guerra del Yom Kipur y Marwan se convierte en el activo más importante del Mossad en el s.XX. La principal virtud de este thriller de espías es su apego a la realidad. Nos define perfectamente al personaje, sus motivaciones personales y políticas dentro de un contexto de polarización bélica de los años 60 y 70. El director, Ariel Vromen consigue meternos en ese contexto histórico. El presidente egipcio, Nasser termina de perder la guerra de los 6 días frente a Israel.La aviación egipcia queda arrasada y la nación egipcia pierde parte de los Altos del Golán y el Sinaí. Nasser muere y su sucesor, Anwar Sadat cree que ha llegado el momento de tomarse la venganza con un ejército renovado por la Unión Soviética. La labor del “topo” del Mossad resulta esencial para conocer los planes del gobierno egipcio y poner en alerta al ejército hebreo. La guerra árabe israelí se dio por ganada en el terreno militar a Israel, pero el gran número de bajas y el coste abrió la puerta a un escenario de paz con los Acuerdos de Camp David (1978) en el que se devolvía la península del Sinaí. Un acuerdo de paz que hoy sigue vigente. La labor de Marwan permite equilibrar esa balanza y buscar un punto fuerte de negociación que los árabes habían perdido en la guerra anterior.Me queda por apuntar que “el ángel” se aleja de cualquier intento de proselitismo, rozando la propaganda en el que están cayendo algunas series sobre la inteligencia israelí.El Ángel nos ayuda a entender el convulso devenir de Oriente Medio y a pensar sobre los acontecimientos presentes y futuros.