XIMO CÁDIZ: Vivo estupefacto el Orgullo LGTBI de este año en València. Ya solo VOX y los talibanes religiosos siguen empeñados en que no hay nada que celebrar, que tener una orientación sexual o identidad de género distinta de la mayoritaria no implica ninguna discriminación, que la bandera del arco iris es excluyente… Mientras, el Partido Popular, el director general de Diversidad, Stephane Soriano y la vicepresidenta, Susana Camarero se quieren apropiar del Orgullo LGTBI (con el principio caciquil de “qui paga, mana”), atrapar votos y desprestigian a Lambda, la asociación que lo organiza desde 1986 (lanzando infundios sobre su gestión económica). Temen la capacidad movilizadora del Orgullo y maniobran para controlarlo. Es como si la Generalitat quisiera suplantar a los sindicatos en el 1º de mayo o al movimiento feminista el 8 de marzo. Es inaudito.
Son los mismos que recurrieron ante el Tribunal Constitucional el matrimonio igualitario, votaron en contra de todos los avances en derechos para el colectivo LGTBI, los que han cerrado servicios de información sexual para jóvenes, censuran y esconden libros y películas de temática LGTBI o feminista, anuncian una revisión de las leyes valencianas LGTBI y trans (en Madrid, el PP ya ha recortado derechos: ya no se prohíben las terapias aversivas para “reconvertir” la orientación sexual o la identidad de género). Y tienen la desvergüenza de celebrar el orgullo. ¿Orgullo de qué? ¿De LGTBIfobia? ¿De ser tan incoherentes?
Dice la Alcaldesa de València, María José Català, que apuesta por un Orgullo “sin politización”. Le faltó decir “usted haga como yo, no se meta en política” (eso defendía Franco). Pero se va a llevar una sorpresa: el Orgullo es y será una fiesta política ciudadana; seria, pero no aburrida; donde con visibilidad se reivindica la diversidad, la dignidad y los derechos, se denuncia la discriminación y el odio. Claro que eso es política. Ya lo acuñó el feminismo de los años 70, “lo personal es político”.
Efectivamente, hacemos política y así hemos impulsado una “maravillosa revolución por las libertades sexuales” como dice un ex coordinador de Lambda, Toni Poveda, en el recién estrenado documental de Carlos Giménez, València, t’estime. Recupero a Antonio Machado cuando decía “haced política, porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros y probablemente contra vosotros”. Ahí tenemos a Meloni, Orban, Milei, Ayuso… que discriminan, suprimen y violentan nuestros derechos. No se lo vamos a permitir.