La directora y dramaturga Anna Marí dirige, junto a Javier Sahuquillo y la autoría de Daniel Tormo, la puesta en escena de El agua de Valencia, un innovador teatro musical que revive la etapa valenciana de Lope de Vega con un enfoque contemporáneo. En esta entrevista, Marí comparte cómo combinaron la esencia de las comedias del Siglo de Oro con un formato moderno, lleno de humor, música y emoción, para conectar con el público actual.
La ciudad de Valencia juega un papel central en la obra, no solo como escenario, sino como protagonista. ¿Cómo lograsteis capturar su dimensión histórica y literaria en la puesta en escena?
Hacía tiempo que le dábamos vueltas a la idea de crear un espectáculo en el que la ciudad de Valencia fuera la protagonista, como lo son por ejemplo en el imaginario cinematográfico otras ciudades como Roma o Nueva York. La ciudad de Valencia, una de las capitales económicas y culturales europeas más relevantes del siglo XV, aún es un centro de cultura y modernidad en el siglo XVI. Cuando Lope de Vega se traslada, desterrado, a la Valencia de finales del XVI, se encuentra en una tierra culta, luminosa, abigarrada, refinada y dinámica. De hecho, se considera la etapa valenciana de Lope como un episodio clave en el desarrollo de sus ideas sobre el arte nuevo de hacer comedias.
El Siglo de Oro está cargado de referencias culturales y artísticas. ¿Cómo abordasteis el desafío de combinar la música, las coreografías y los textos del siglo XVI con un enfoque contemporáneo?
“El Agua de Valencia” partió desde un principio de la premisa de establecer un diálogo entre el pasado y el presente. El texto, pues, es una creación contemporánea a partir de un hecho real – el destierro de Lope de Vega en Valencia a finales del siglo XVI – y con referencias al contexto histórico, social y cultural de la época; pero las peripecias narradas y buena parte de la creación de los personajes son ficción.
Este diálogo se ha aplicado a todos los ámbitos del espectáculo. La música se inspira en piezas del “Cançoner del Duc de Calàbria” y en canciones tradicionales valencianas con sabor morisco, pero el compositor ha creado una música propia y singular. Y del mismo modo ha trabajado la coreógrafa y la vestuarista.
El triángulo amoroso y literario entre Lope de Vega, Guillem de Castro y Constança de Perellós parece ser un eje clave de la trama. ¿Cómo se trabajó para equilibrar el drama personal de los personajes con los aspectos cómicos de la obra?
Uno de los aspectos más potentes de la comedia es que dentro de ella cabe todo. Se suele tener el prejuicio de que las comedias sólo abordan temas banales de una manera superficial con el único objetivo de conseguir la risa fácil. Pero a través de una comedia se puede transitar el dolor, la rabia, el odio, la tristeza, y abordar cuestiones complejas y molestas. Las mejores comedias de Shakespeare, por ejemplo, combinan de manera sutil y entrelazada el drama y la comedia.
En este espectáculo, el triángulo amoroso entre Lope, de Castro y Constança de Perellós se aborda en toda su complejidad: riendo de sus dudas, comprendiendo sus lágrimas, emocionándonos con su alegría. Con estos personajes y con muchos otros, emprendemos un viaje emocional intenso que transita el drama dentro de una delirante y luminosa comedia.
La propuesta del pre-show y las mesas nobles junto al escenario es innovadora. ¿Qué buscabais lograr al crear esta experiencia inmersiva para el público?
Buscábamos evocar la cercanía que había, en un corral clásico, entre el público y los actores. Y también queríamos subrayar el carácter festivo de nuestra propuesta, de este espectáculo que es una celebración de la vida. La puesta en escena está pensada para ser trasladable a un teatro común con disposición “a la italiana”, pero también queríamos explotar las particularidades de “La Cambra” en La Rambleta, aprovechar las posibilidades que nos daba de incorporar al público en el espacio de representación.
La comedia parece ser un medio importante para conectar con el público y transmitir mensajes sociales, en línea con la tradición brechtiana. ¿Qué temas actuales creen que resuenan más en esta reinterpretación de las andanzas de Lope de Vega?
La comedia es un género que se ha querido domesticar y volver complaciente. Pero la esencia de la comedia es, precisamente, la capacidad que tiene de conectar de manera inmediata con el público a través de la risa compartida. Una buena comedia puede ser revolucionaria, puede ser erudita, puede tratar temas duros e incómodos. En “El Agua de Valencia” se abordan temas de gran actualidad que parten de problemáticas que atraviesan épocas: la búsqueda de estabilidad y prestigio laboral, central en la vida de Lope de Vega; la dificultad de la mujer para ser visible y considerada en el mundo de la creación literaria;los tabúes existentes en cuanto a las diferentes orientaciones sexuales; las diferencias de clase social; la dificultad de acceso a una vivienda digna y la especulación inmobiliaria
La obra se construye a partir de textos de Lope de Vega y otros autores del Siglo de Oro, pero también tiene una autoría contemporánea. ¿Cómo trabajasteis el equilibrio entre respeto a las fuentes históricas y la necesidad de modernizar el relato?
La obra, principalmente, es una ficción contemporánea. Es verdad que la hemos escrito atendiendo a algunos parámetros clásicos, que hemos jugado con el lenguaje y le hemos dado al texto una apariencia antigua, pero es un texto de hoy. Hay fragmentos de varias obras y poemas de Lope y de otros autores de la época, claro. Hay canciones de aquél tiempo. Hay referencias históricas del XVI que resuenan hoy como si fuesen de ayer mismo. Pero hemos levantado, a partir de dos o tres columnas de palmera y medio arco apuntado, una catedral contemporánea que también es gótica. Hemos tratado de unir el pasado con el presente, hablando de la misma ciudad.