MAITE IBAÑEZ: El sector de las artes escénicas valencianas llevan años demandando espacios de ensayo, lugares donde experimentar y desarrollar diversas producciones. Donde la creatividad pueda compartirse y crecer a través de lugares de intercambio o co-working. Por otra parte, el barrio del Cabanyal-Canyamelar cuenta con unas naves que en 2019 fueron elegidas para configurar este microespacio, entre otras cosas por su situación a pocos metros del Teatre El Musical y cercano a La Mutant. Las naves de Mariano Cuber, junto a la plaza Calabuig, comenzaban así su camino para convertirse en un centro de producción escénico de referencia en València y fuera de nuestra ciudad. Un proyecto presentado con todos sus detalles en 2022 con la ilusión de dinamizarlo en 2024 (coincidiendo con el centenario del espacio) y que ahora el gobierno municipal tristemente dilata hasta 2026, por lo menos.
Para definir el sentido de ese continente nos apoyamos en otros espacios escénicos que funcionan como fábricas de creación. Así, los teatros del Canal (principalmente su Sala Negra), Harrobia en Bilbao, Fabra i Coats en Barcelona o Matadero en Madrid marcaron algunas ideas. Además, mantuvimos reuniones con el sector que nos aportó detalles técnicos para que su diseño fuera lo más completo posible. La combinación entre centro cultural abierto al barrio, espacios multiusos, dotación para talleres y residencias, así como lugar de encuentro para compañías artísticas fue fundamental para configurar 2.000 metros cuadrados únicos. Y como broche, un nombre que reuniera el sentido de esta fábrica de creación: Bombalino. Con el apoyo de la familia acordamos que el centro de producción de artes escénicas homenajeara al famoso “Bombalino”, en recuerdo al entrañable personaje de Gabriel Fariza, fundador del teatro de marionetas La Estrella y defensor del patrimonio del barrio de El Cabanyal. Él junto a su mujer, Maite Miralles, actriz y artista plástica, inician el camino de este emblemático teatro, para también escribir una parte destacada de la historia teatral en España.
La Estrella acaba de cumplir 45 años y la exposición que presenta actualmente el Centre del Carme Cultura Contemporánea- CCCC nos explica una trayectoria enriquecedora desde el teatro de calle, la narración de historias o la creación de escenografías y personajes. Hace nos días tuve el gran regalo de realizar la visita a la muestra junto a Maite Miralles (Cuchufleta). La pareja no sólo da la bienvenida al público de la sala, sino que además nos cuenta cómo aquellos sueños desde una buhardilla de Malasaña se hicieron realidad. El proyecto nos acerca a la familia Fariza-Miralles, como esencia del origen de una compañía valenciana referente en el mundo de los títeres. Desde sus comienzos en el Franquismo, la Transición, los viajes, la televisión y la construcción de un teatro único por donde han pasado generaciones de niños que tuvieron su primera experiencia escénica de la mano de las marionetas de La Estrella. Un teatro con una personalidad propia que también tuvo su mirada al circo, el que cuida la imaginación y la libertad y que no maltrata a los animales. “No presentamos tigres ni leones, ni elefantes ni osos ni dragones, pero traemos ilusión y fantasía, hechas con trampa, cartón y poesía”, nos cuenta El Circo de La Malvarrosa.
Visitar esta exposición (que podemos descubrir hasta el 23 de junio), implica acercarse a Bombalino y conocer por qué el nombre de un Centro de Producción de Artes Escénicas implica mucho más que un título para su entrada. Detrás de este proyecto hay mucho trabajo que esperemos no caiga en saco roto. Porque València merece estar a la altura de otras ciudades que ya cuentan con este tipo de equipamientos. Y su actual gobierno municipal no puede continuar de espaldas a los profesionales de la cultura y abandonando al público valenciano. Seguiremos alzando la voz para que no caiga el telón.
