INMA GARÍN: Arranca la temporada de Teatre Escalante de manera brillante con esta producción de Cía La Mar: Xavo Giménez y María Cárdenas, con un reparto estupendo encabezado por Juli Cantó en el papel de Peter, la persona mayor, que dejará la residencia de ancianos para unirse a la vida, representada por Pan (Guille Zavala), un joven vitalista capaz de hacer piruetas y que supone la otra cara de la moneda, el niño de antes. A ellos se suman otros intérpretes de gran calidad y experiencia: Leo de Bari, Mercè Tienda y María Guerra que dan vida a diversos personajes, desde la capitana del garfio a los niños perdidos.
Con dirección y espacio escénico del propio Xavo Giménez que también actúa y un colorista vestuario de Ana Garay, la pieza refleja solo de lejos al relato clásico del escocés James Matthew Barrie, estrenada en Londres en 1904, cuya enseñanza era la contraria: deja de vivir en un mundo irresponsable, crece y asume las obligaciones de los adultos.
Ambientada en un parque de atracciones, y con música original de Carles Giner, la puesta en escena, la interpretación, la dirección, la música, las canciones, y el espacio escénico, o la iluminación conforman un espectáculo muy atractivo, una gran producción, una apuesta importante de la institución dedicada a divertir a los niños y jóvenes. Ahora que se ha perdido el espacio tradicional de la calle Landerer, es admirable que la apuesta artística siga con tanta vitalidad a pesar de todo.
El día del estreno tal vez faltó ritmo en la parte media. Compruebo que esto suele suceder cuando se insertan canciones en el texto dialogado. Pues, aunque apropiadas y hermosas, no hacen avanzar la acción, interrumpiendo el interés por lo que está pasando. Por otro lado, la duración es algo excesiva para ser un espectáculo dirigido a niños de entre 8-12 años. A mi alrededor pude ver cierto aburrimiento en algún momento.
Según la historia, Peter ha olvidado su pasado, su niñez. Todo lo que ve ha dejado de tener interés para él: la noria ha dejado de girar. Una sombra entra en los recuerdos de Peter; ese niño que nunca creció junto a su amiga Campanilla.
Peter, en uno de los momentos más mágicos de la función, se levanta de la silla de ruedas donde está prostrado y de la mano de Pan llega al país de Nunca Jamás. En Siempre Jamás ya no hay sitio para los que dejaron de lado la memoria. “Per&Pan” en su mensaje parece ir dirigido a los adultos. No cierres las puertas al niño que llevas dentro.