Cartelera Turia

RADIOTELEFABA: Colón era valencià

PAU VERGARA: La televisión española siempre ha sabido cómo sacudirnos de nuestro letargo cultural, pero lo del sábado pasado con el documental Colón ADN: Su verdadero origen emitido por La 1 de TVE, fue todo un viaje en carabela. Porque no todos los días descubres que Cristóbal Colón, el descubridor de América, no era genovés, ni italiano, ni gallego, ni portugués. ¡Era valencià! Y, por si fuera poco, además, judío sefardita. Sí, amigos, parece que el buen Colón habría cambiado la pólvora por una buena horchata y fartons antes de lanzarse a la mar.

El documental, dirigido por Regis Francisco López, pone fin a dos décadas de investigación liderada por la Universidad de Granada y el catedrático de Medicina Legal y Forense José Antonio Lorente. Con la solemnidad de un CSI del siglo XV, el equipo exhumó los huesos de Colón y los de su familia, los compararon con restos de personajes históricos, y voilà, Colón resulta ser de Valencia.

TVE elige precisamente el Día de la Hispanidad para soltar esta revelación.Al final, resulta que lo que pensábamos era un hombre de Génova con problemas para manejar los números (porque recordemos que sus cálculos para llegar a las Indias eran como mínimo discutibles), resulta que era un valenciano aventurero con raíces judías. Un hombre que quizás, entre travesía y travesía, se habría planteado cambiar las especias por la receta de la paella perfecta.

Y aquí es donde surge la duda: ¿Qué será lo próximo? ¿Descubrirán que Cristóbal Colón no navegaba por el oro, sino por un puesto de fallero mayor? ¿O que su nombre en realidad era Cristòfol? Porque claro, si Valencia ha reclamado su origen, no nos extrañe que en el próximo documental se revele que además tenía devoción por la Virgen de los Desamparados.

El documental nos lleva por un viaje donde los restos de Colón recorren más que el propio Colón en vida: de Sevilla a República Dominicana, luego a Cuba, y vuelta a Sevilla. Sus huesos han tenido más millas que cualquier influencer viajero. Entre sepulcros oficiales y teorías disparatadas, lo que queda claro es que Sevilla y Santo Domingo siguen disputándose quién tiene la tumba más auténtica, mientras el resto de nosotros miramos al ADN con la esperanza de que algún día Colón encuentre, por fin, su verdadero descanso.

Al final, más allá del humor, lo cierto es que este tipo de investigaciones nos recuerdan que la historia no está escrita en piedra. A veces, todo lo que necesitamos es una prueba de ADN para tirar siglos de mitos por la borda. Eso sí, no esperemos que este debate se termine aquí. Todavía hay otras 24 localidades en todo el mundo dispuestas a pelear por su Colón particular. Así que mantengan las palomitas a mano, porque la saga del navegante sigue y promete más giros que una buena telenovela.

Por ahora, el veredicto es claro: Colón es más nuestro de lo que pensábamos. Solo queda por saber si será nombrado hijo adoptivo de Valencia y se le ponga un pedestal en su honor.

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