Cartelera Turia

(3) CRÍTICA Bodegón con fantasmas, de Enrique Buleo. Pura Soledad

JAVIER BERGANZA: Antes de nada, esta película no es para el público más comercial. Queda dicho. Después no busquen  una dirección de correo a la que dirigir cartas incendiarias quejándose de mi recomendación. Vilipendios a otro, tengo la espalda ya curtida (en realidad, no). Lo que sí tengo es la sensación de estar arriesgando más en esta crítica. Porque podría entender a un espectador medio que piense en reescribir este texto, cambiar la nota y quejarse de la letanía del ritmo, de la frialdad del acting o de gags que no le funcionan. Pero a mi me han funcionado. Todo. Y como la crítica es mía, pues para allá vamos.

Rodeado de campo, un pequeño pueblo de Castilla la Mancha aguarda en silencio. Por sus calles asfaltadas se reúnen cinco historias que convergen en un mismo tema. Historias independientes y estáticas. Pero, al mismo tiempo, globales e imparables. La muerte, la soledad y el más allá. Ellas solas podrían funcionar como cortometrajes, pero en conjunto generan una sensación distinta. Insuperable, casi. Se podría desgranar historia a historia pero caeríamos en una crítica absurda. La muerte es la temática que se usa como nexo de unión. La muerte, los fantasmas y su vuelta a casa. Bueno, y la soledad. Todo ello acompañado por una banda sonora maravillosa que aparece para estimular aún más las emociones del espectador. Sergio Beltrán es el autor y ante él me postro.

Cuenta también con diseño de arte y una fotografía fantásticos/as. La cámara se queda quieta, casi inmóvil. Solo hay algún travelling lateral por historia. El resto es una estaticidad que escupe estilo. La dirección de arte te lleva a esa España vaciada. Casas de pueblo con decoraciones tan particulares que se guardan en la retina. Te apetece buscar los detalles que definen a unos personajes únicos.

Es difícil definir la interpretación. Parece buscar esa antinaturalidad que termina por ser natural. Dónde uno suele buscar “la verdad” en la mirada termina por encontrarse otra cosa. Una realidad oscura, pero radicalmente real. Asi que el final es prácticamente el mismo. Película coral dónde algunos/as brillan más que otros/as, pero que, en conjunto, funciona tan bien que te quedas en la sala esperando a ver los nombres de cada uno de ellos/as.

Espero no ser redundante pero quiero insistir. Bodegón con fantasmas es una película lenta, para gustos particulares, seguramente. Entre ellos el mío. Es la típica película que quieres recomendar a un amigo que no visita las salas habitualmente, y después te arrepientes porque vuelve del cine rajando. Bodegón es una película independiente, reflexiva y con un humor maravilloso. Un humor ácido que te despeja las fosas nasales.

Recomendar esta peli puede ser arriesgado, pero hemos venido a jugar. Confío en mi criterio y en el lúcido gusto de los/as lectores/as de esta revista. No pierdan la oportunidad de ver esta película. Les ocupará, además, 87 minutos solamente. Denle una oportunidad, porque merece la pena.

 

(3) CRÍTICA Bodegón con fantasmas, de Enrique Buleo. Pura Soledad

EL MUR: NOSOTROS Y LA CULPA

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *