PAU VERGARA: Lo reconozco, fui a ver Crudo (Raw) y salí con mal cuerpo. Casi me atrevería a decir que es la primera película que me produce esa sensación en una sala de cine. Es posible que fuera así porque no sabía lo que iba a ver y había decidido, como es habitual, no leer nada de las películas que voy a ver.No es exactamente que coman carne humana, hígados de conejo o le metan la mano en el culo a una vaca en la facultad de veterinaria. Eso es lo de menos. Parece que la película de Julia Ducournau está hecha para generar asco y repulsión al espectador. En el pasado festival de cine de Toronto generó varias lipotimias y vómitos entre espectadores. En el Nuart Theatre de Los Ángeles han decidido dar bolsas para vomitar a la gente que acude a ver la película, según publica The Hollywood Reporter. No sabemos si todo se trata de una campaña de marketing viral, pero lo cierto es que a mi sí que me provocó esa sensación.
Podéis leer la crítica en el presente número de Turia. SUSCRIBIRSE