Cartelera Turia

“LA SUSTANCIA”,UNA REFLEXIÓN FEMINISTA A TRAVÉS DEL HORROR CORPORAL Y LA DUALIDAD DEL SER

PAU VERGARA: En un año lleno de innovaciones cinematográficas, “Substance de Coraline” se erige como una de las propuestas más impactantes y subversivas. Dirigida por Coralie Fargeat, la cineasta que ya sorprendió al mundo con Revenge (2017), esta película lleva el horror corporal y el discurso feminista a un nuevo nivel. Ganadora del Mejor Guion en Cannes, Substance de Coraline es un torbellino de gore, humor negro y crítica social, que no deja indiferente a ningún espectador.

La historia sigue a Elizabeth Sparkle, interpretada por la renombrada actriz Demi Moore, en una de sus actuaciones más atrevidas y viscerales hasta la fecha. Elizabeth es una actriz en decadencia, una estrella que ha visto cómo el brillo de su carrera se ha desvanecido a medida que la juventud se escapa de su rostro y Hollywood la relega al olvido. En un momento de desesperación, descubre “La Sustancia”, un producto milagroso que promete devolverle la juventud, la belleza y la perfección.

Sin embargo, el precio de este elixir es más alto de lo que parece. A medida que Elizabeth comienza a usarlo, crea una versión “mejorada” de sí misma: más joven, más hermosa, más perfecta. Esta “otra” Elizabeth, interpretada por la magnética Margaret Qualley, encarna lo que Hollywood valora por encima de todo: una mujer eternamente joven y encantadora, lista para conquistar de nuevo la industria del cine. Pero la dualidad entre la verdadera Elizabeth y su alter ego mejora rápidamente se convierte en una pesadilla, a medida que esta versión perfeccionada comienza a tomar el control de su vida.

“Substance de Coraline” es un claro ejemplo del género body horror, en el que el cuerpo humano se transforma y se mutila de maneras grotescas para reflejar obsesiones, traumas o miedos profundos. En este caso, la película aborda la obsesión por la juventud y los estándares imposibles de belleza a los que las mujeres —y, en particular, las actrices— son sometidas.

La transformación física de Elizabeth, mostrada con un detalle incómodamente gráfico, no es solo un truco visual. Cada cicatriz, cada cambio corporal, es un comentario sobre el precio que se paga por ajustarse a las demandas de una sociedad obsesionada con lo superficial. El gore no es gratuito, sino un medio para ilustrar cómo la búsqueda de la perfección física puede destruir la esencia misma de una persona. Los efectos especiales y la dirección de Coralie Fargeat son impresionantes en su capacidad para hacer que el cuerpo humano se convierta en una manifestación visual de los horrores internos.

Uno de los aspectos más poderosos de “Substance de Coraline” es su enfoque en el discurso feminista. Elizabeth Sparkle, como tantas mujeres en el mundo del cine, enfrenta la presión de ser eternamente joven y atractiva, una presión que finalmente la lleva a su autodestrucción. A través de su lucha entre su yo verdadero y su versión mejorada, la película plantea preguntas sobre el control del cuerpo y la autonomía.

Elizabeth cree que al convertirse en la versión mejorada de sí misma, recuperará el control sobre su vida y su carrera. Sin embargo, el giro irónico de la historia es que esta nueva identidad la domina, robándole todo lo que realmente la definía. Es un claro comentario sobre cómo las mujeres son presionadas para conformarse a un ideal, solo para descubrir que ese ideal es una prisión.

El enfoque de Fargeat es despiadadamente agudo, y aunque utiliza el horror y el humor negro como herramientas, la película está cargada de un mensaje profundo sobre la alienación de la mujer en la cultura de consumo y el patriarcado.

Demi Moore, en su papel de Elizabeth, ofrece una actuación impresionante, que recuerda a sus mejores momentos en el cine, pero con una crudeza que pocas veces se le ha visto. Su transición desde la desesperación hasta la autodestrucción es fascinante y dolorosa de presenciar, mientras lucha por mantener su identidad frente a su propia creación.

Por otro lado, Margaret Qualley es una revelación como la versión “mejorada” de Elizabeth. Encarnando una mezcla inquietante de carisma y amenaza, su actuación evoca una extraña sensación de familiaridad y peligro. Qualley, que ya ha demostrado su talento en películas como Once Upon a Time in Hollywood, lleva el personaje a un lugar profundo de vulnerabilidad y manipulación.

Juntas, Moore y Qualley, representan los dos extremos de la lucha interna de muchas mujeres en la industria: la lucha por ser vistas y la lucha por ser perfectas.

Coralie Fargeat se ha consolidado como una de las voces más fuertes en el género del horror feminista. Con Substance de Coraline, demuestra una vez más su habilidad para tomar temas sociales complejos y presentarlos de una manera que es a la vez brutal y hermosa. Su dirección es precisa, llena de detalles que subrayan el conflicto interno de los personajes, y su uso de la luz, el color y el cuerpo humano como lienzo es magistral.

Fargeat no tiene miedo de empujar los límites de lo que es incómodo de ver, y en Substance de Coraline lleva esta estrategia al máximo. Pero lo más importante es que lo hace con un propósito: usar el horror para hablar de las realidades sociales y psicológicas que enfrentan las mujeres todos los días.

Substance de Coraline es mucho más que una película de horror. Es una reflexión sobre el costo de la perfección, una crítica feroz a los estándares de belleza y una meditación sobre la pérdida del yo en el intento de satisfacer las expectativas ajenas. Con actuaciones brillantes de Demi Moore y Margaret Qualley, y la dirección implacable de Coralie Fargeat, este filme se establece como una de las obras más poderosas y perturbadoras del año.

Es una película que te dejará pensando, incómodo pero cautivado, mucho después de que los créditos finales hayan pasado.

 

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