PAU VERGARA: No la veréis en la lista de las series más vista de Netflix, pero Kleo es una de las series más salvajes, divertidas y difíciles de clasificar de toda la plataforma. Transcurre en la Alemania de la RDA tras la caída del Muro de Berlín y la transición hacia la democracia. Una época que tiene sus huellas en el Berlín actual. La historia arranca con una espía del Directorio18 de la Stasi a la que encargan asesinar a un hombre de negocios en el Berlín Occidental. Su vida se derrumba al acusarla de traición al Estado. A su salida de la cárcel inicia una investigación para averiguar quién la ha traicionado.
Hay que estar muy loco para producir una serie como Kleo. Viviane Andereggen y Hanno Hackfort, Bob Konrad, Richard Kropf, los directores y creadores han se han salido de una senda narrativa en clave de thriller y se han decantado por una destarifada comedia de tintes surrealistas. En realidad, lo que se vivió en aquellos años fue puro surrealismo. Alemanes que pasaban de vivir en una república de “obreros y campesinos”, a un país capitalista. Agentes que cambian de identidad, negocios sucios de venta de empresas públicas, y la élite que ostentaba el poder tratando de irse de rositas. Todo narrado de forma magistral, entre la estupefacción, la seriedad, el ridículo y la implacable violencia. Un descubrimiento la actriz alemana Jella Haase, en el papel de Kleo que no deja títere sin cabeza. Por cierto, si vais a Berlín no dejéis de visitar la sede de la Stasi donde tenía su oficina la “Espada y escudo” del partido, el siniestro camarada Erich Mielke que también sale en la serie. Magnífica.
